A continuación queremos compartirles el discurso de la Especialista en Derecho Matrimonial Canónico Angie Paola Sanchez Dueñas con motivo del grado de la Especialización en Derecho Matrimonial Canónico:

Muy buenas tardes. Saludo cordial a los integrantes de la mesa directiva, compañeros de estudio aquí presentes, y aquellos que se conectan desde las redes sociales, familiares y amigos.

Quisiera empezar mi discurso con la expresión del escritor colombiano Gabriel García Márquez, “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla” Así empezó su obra -Vivir para contarla-.

Qué alegría encontrarnos en nuestra Universidad que, fue casa para todos, nos acogió, ayudó y acompañó en nuestro proceso formativo, donde se dieron lugar experiencias de intercambio cultural y académico, y que hoy culminamos de manera magistral, dando gracias a Dios y a todos los que hicieron posible este momento.

Al recordar el inicio de esta experiencia y los pasos recorridos a lo largo de este camino es imposible que no se llene el corazón de alegría, porque en medio de las vicisitudes que se presentaron, ya sea por la diversidad de responsabilidades, misiones, compromisos familiares, laborales y personales, persistimos y logramos acompañarnos y animarnos en este camino donde juntos alcanzamos la meta que un día nos propusimos: ser especialistas en derecho matrimonial canónico, con el propósito de ayudar y servir a los demás.

Este tiempo fue una escuela de aprendizaje, de conocimiento de uno mismo y de los otros, reconocer la pasión por llegar a las certezas, el deseo profundo de generar un cambio en los procesos que se viven actualmente y la necesidad de seguir transformando desde nuestros escenarios muchos procesos de nulidad, que más allá de las complejidades y normas del caso, son vidas que van buscando un alivio o una luz de esperanza para recomenzar el camino de amar. En este proceso no estuvimos solos y no fue un trabajo personal: cada compañero, cada docente, el coordinador de la especialización, el decano, nuestras familias con su espera, apoyo y paciencia…. Cada uno fue importante durante este tiempo. Recuerdo que entré sola en este camino y salgo con grandes amigos y compañeros que, desde su realidad, fueron un faro para llegar a un puerto seguro.

Queridos Javerianos, que este logro sea un llamado de Dios para ayudar, animar, unir, y, sobre todo, para servir a todas aquellas personas que nos necesiten. Que nuestro actuar sea íntegro, honesto y humilde. Que siempre estemos comprometidos con nuestra vocación sin importar las circunstancias que se nos llegaren a presentar. Es una tarea que nos compete a todos, sea como sacerdotes, psicólogos, abogados, en fin. Que esta experiencia siga enriqueciendo nuestro camino.

Valoro todo el cariño recibido, y reconozco las herramientas que ahora nos acompañan para ejercer y poner en práctica esta especialización. Es así como recordaré esta experiencia y la seguiré contando, de mano de cada uno de ustedes que hicieron posible que este sueño se hiciera realidad. A todos los graduandos, de corazón, mis más sinceras FELICITACIONES y a todos los presentes MUCHISIMAS GRACIAS.